Continuando con las cartas, un día Jackson recibió un paquete que contenía una fotografía de una fan, así como una carta y una pistola. Jackson, horrorizado, leyó que debía acordar un determinado día y hora para suicidarse. Ella haría lo mismo (después de matar a su bebé también) ya que, si no podían estar juntos en esta vida, entonces sería en la otra.
Para consternación de su madre, Jackson tenía la fotografía enmarcada y colgada por encima de la mesa del comedor de su casa. Poco después, los Jacksons descubrieron que la fan había sido enviada a un hospital psiquiátrico. Al terminar se descubre que todo fue un engaño.
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